La comunicación de riesgo es la estrategia comunicacional integral y planificada que acompaña a la gestión de riesgo frente a determinada amenaza de emergencia o desastre, con el objetivo de:
- Propiciar la participación de todos los sectores involucrados, dando consistencia y transparencia a la toma de decisiones e instrumentación de medidas de manejo del riesgo.
- Promover el conocimiento y la comprensión de los riesgos conocidos y desconocidos, informando y sensibilizando de forma planificada al público sobre las necesidades de protección de la salud, respondiendo a sus inquietudes y tratando de disminuir la ansiedad.
- Integrar a la población en el proceso de manejo del riesgo y ayudar a establecer confianza pública en las instituciones encargadas de tomar decisiones, aliviando el miedo y la indignación generalizados. Esto permite hacer más eficiente y rápida la intervención o la respuesta de las autoridades.
- Colaborar en el diseño de actividades de educación que desarrollen capacidades en la población para que se prepare, participe de la minimización y prevención del riesgo en los espacios de su vida cotidiana: la familia, la comunidad, el trabajo, etc.
En este marco, las y los comunicadores son un actor fundamental para facilitar el diálogo de todas las partes involucradas (población, organismos públicos y privados encargados de gestionar el riesgo, equipos de salud, comunidad científica y medios de comunicación), el manejo de conceptos y la apropiación del tema, generando una cultura de prevención y cuidados de la salud frente a los desastres.
Comparto con Uds. estas recomendaciones para gobiernos sobre Comunicación de RIESGO publicadas por
A) Los instrumentos legales no son una buena forma de comunicación (leyes, decretos, resoluciones), sólo un modo de información complementaria.
No fueron redactados para informar pedagógicamente y de modo masivo.
B) Las disposiciones legales no pueden circular antes que los anuncios sean hechos. Incluso en el caso de Argentina, ya empieza a ser un absurdo lo que están haciendo con el Boletín Oficial (práctica que no es nueva, pero se agrava en situación de riesgo).
C) Toda la prensa y mucha ciudadanía está pendiente a tiempo real de lo que dice/dispone un gobierno.
NO anuncien lo que van a anunciar.
NO anuncien conferencias previamente: háganlas!
Si ustedes sienten presión y ansiedad, imagínense la ciudadanía confundida y sin información.
D) En términos de estilo, NO usen el “potencial” (decidiría, cerraría, dispondría), ni siquiera en off the record, porque se convierten en noticias que luego hay que desmentir.
Lo que se comunica es certeza y decisión cuando se la tenga.
E) Debe prohibirse y auto regularse que cualquier autoridad pueda opinar. No hay librepensador@s.
Cualquier opinión jerárquica, automáticamente se oficializa y si el gobierno toma una decisión en contrario queda como una peligrosa contradicción además que desautorización.
Y un gobierno no puede darse el lujo de permitir que sus principales fuentes emisoras caigan en el descrédito, así como tampoco es una buena señal de control de la situación, el cambiar parte del funcionariado ante yerros o furcios.
F) Hay que establecer cuentas digitales oficiales rectoras.
Las únicas que hablan y comunican TODO.
Y agrupar contenidos ordenados, seriados y con fecha en un ÚNICO espacio digital comunicado donde todo el mundo pueda ir.
Es entendible que la política se siente presionada y con ansiedades respecto a como la sociedad ve su accionar, pero si no controla el ego, no solo se la verá mal, sino que además estará produciendo una comunicación indebida que no tenga que ver con lo que necesita comunicar el riesgo.
G) La comunicación de riesgo no es comunicación de rutina.
Eliminen eslóganes.
Eliminen referencias serviles y adulonas a superiores (“por decisión de...”). Eliminen actos comunicacionales con fotos de decorado (familiares, protocolares, partidarias).
Sobriedad es SOBRIEDAD.
Fuente: twitter.com