1/12/11

¿MEDIOS DE COMUNICACION?





Las consignas del trabajo son sencillas:

  • Compartir una tarde-noche con el grupo familiar evitando el contacto con los medios de comunicación que normalmente están presentes en el hogar: televisión, radio, internet, diarios y revistas. Se deberá explicar a los miembros de la familia que se trata de un trabajo práctico y solicitar que colaboren con el mismo cumpliendo la consigna.
  • Describir los acontecimientos con el mayor detalle posible.
  • Formular un conclusión de la experiencia a partir de comparar la misma con un día "normal".
  • Definir que función cumplen los medios de comunicación según lo experimentado.

Recuerden responder las consignas en la sección "comentarios" y colocar al pie de las respuestas el nombre y apellido.

Definiciones de las palabras claves para realizar este TP:

ANALIZAR: analizar es estudiar, examinar algo, separando o considerando por separado sus partes, de modo ordenado y sistemático. Un análisis es la descomposición de un todo real en un sentido lógico o mental (como en “analice la siguiente idea”), es el examen de los subconceptos con los cuales ha sido construida.
COMPARAR: comparar es fijar la atención en dos o más objetos o
conceptos para descubrir sus relaciones o estimar sus diferencias o semejanzas en cuanto a sus propiedades.
DEFINIR: definir es determinar lo que significa una palabra mediante una frase que equivale exactamente a ella. La definición es, entonces, un procedimiento de análisis, estructurado en forma binaria, que pone en relación dos términos equivalentes en su significado: un término por definir y un término (el analítico) que define. En el ámbito científico, la definición expresa, por lo general, los rasgos necesarios y suficientes para delimitar una categoría en
cuestión.
DESCRIBIR: describir es representar a alguien o algo por medio del lenguaje, refiriendo o explicando sus distintas partes, cualidades o circunstancias. Esta palabra responde, básicamente, a la pregunta “cómo es”. Toda descripción se caracteriza por anunciar su tema y por “descomponer” ese tema en partes o aspectos.
DIFERENCIAR: diferenciar es percibir y establecer distinciones entre dos o más cosas, procesos, situaciones, etcétera. Esto implica
primero, comparar las cosas y luego, identificar y detallar las cualidades o circunstancias por las que difieren entre sí. En este sentido, la diferenciación es un subproceso de la comparación.
EJEMPLIFICAR: ejemplificar es nombrar un caso, una cosa, un dato concreto. Cumple una función esclarecedora con respecto
al objeto de explicación, cuando el explicador desea que su discurso, alcance algún punto de anclaje en lo perceptible o representable, puede recurrir al empleo de gráficos o esquemas de diverso tipo o puede también ilustrar por medio del lenguaje verbal, mediante un ejemplo. 
EXPLICAR: toda explicación está compuesta por dos partes básicas:
- la presentación de un fenómeno problemático que se va explicar;
- la solución o explicación propiamente dicha, que hace del fenómeno problemático un fenómeno inteligible. Para el emisor, el fenómeno que explica es claro; si lo define, ejemplifica las funciones que cumple, alude a sus características. El orden que el emisor da a la explicación sigue el proceso mental que, según cree, hará el receptor: lo que va del problema a su solución es el
pasaje de lo desconocido a lo conocido, de lo incomprensible a lo comprensible.
EXPRESAR: manifestar con palabras lo que se quiere dar a entender.
FUNDAMENTAR: en el plano discursivo, “fundamentar” es basar o apoyar una afirmación que se sostiene; es dar las razones o los
motivos en los que se funda una idea, ya se trate de una opinión o de un enunciado con pretensiones de verdad y no sólo de validez. En este sentido, la fundamentación aparece tanto al argumentar como al explicar, siempre que se debe justificar algo dicho. En un campo de conocimiento el fundamento pasa por la enunciación de una teoría reconocida y la adscripción de la idea que se expresa a esa teoría, exponiendo los elementos que las vinculan.
IDENTIFICAR: reconocer si una cosa es la misma que se supone o se busca.
ENUMERAR: nombrar sucesiva y ordenadamente las partes de un conjunto.

Fuente: Real Academia Española (RAE) 

9/11/11

EVALUACION PARCIAL Y TRABAJOS PRACTICOS (SEDE ZARATE)

1
Alderete Hernán
5 (cinco)
2
Basilio Américo
7 (siete)
3
Brunengo José
6 (seis)
4
Cacciamani Marcela
6 (seis)
5
Caceres Fernanda
Ausente
6
Carboni Patricia
6 (seis)
7
Caruso Damian
6 (seis)
8
Cherencio Cristian
5 (cinco)
9
Cipollone Julio
Ausente
10
Dacunda Cintia
8 (ocho)
11
Federico Pablo
7 (siete)
12
Forlano Rodolfo
Ausente
13
Lanzoni Damian
Ausente
14
Libert Jessica
8 (ocho)
15
Lopez Claudia
4 (cuatro)
16
Martin Fernando
Ausente
17
Martienz Crivelli S.
9 (nueve)
18
Moreno Francisca
5 (cinco)
19
Moroni  Florencia
7 (siete)
20
Nogueira Marianela
4 (cuatro)
21
Palacio Agustín
7 (siete)
22
Peressoni Natalia
7 (siete)
23
Riolfo Sebastián
6 (seis)
24
Roldan Sabrina
6 (seis)
25
Saavedra María
6 (seis)
26
Salinas Liliana
5 (cinco)
27
Scovenna Carlos
6 (seis)
28
Valle Gisela
8 (ocho)
29
Zaglio Juan
8 (ocho)

T.P.
A
Diario Popular
Aprobado (Muy Bueno)
B
Página/12
Aprobado (Muy Bueno)
C
La Nación
Aprobado (Muy Bueno)
D
Libre
Aprobado (Bueno)
F
Crónica
Aprobado (Regular)
G
Olé
Aprobado (Regular)

27/10/11

EL ESPACIO QUE LOS DIARIOS LE OTORGAN A SUS LECTORES

El Roto y su aporte sobre la claridad de la confusión.

Espacios reducidos para las cartas, no existen los “defensores” ni posibilidades de publicar las criticas sobre los contenidos.

Los diarios argentinos violan los derechos de sus lectores

Cuando un lector de matutinos decide criticar el contenido de una nota, artículo u opinión sólo le queda la esperanza de que en espacios reducidos del diario, alguna vez, salga publicada su misiva. Será seleccionada entre miles o cientos de cartas que diariamente ingresan a los periódicos. Pero no habrá nadie que le conteste. Y menos aún que lo haga en el mismo matutino. El “Defensor del Lector” no existe en la Argentina. El DsD brinda a sus lectores un informe - que abarca solo a los diarios nacionales que se editan en la Capital Federal - sobre esta asignatura pendiente. Su historia. La función que cumplen en otros periódicos del mundo. Algunos casos. 

Antes de realizarle observaciones a los diarios – papel sobre ésta problemática, el Diario sobre Diarios (DsD), reconoce públicamente que también está en deuda con sus propios lectores en este tema que hoy examina. El Grupo Consenso S.A. se compromete a construir la figura del Defensor del Lector en cuanto sus propios recursos lo permitan. El DsD es apenas una pyme que tiene seis meses de existencia como diario digital. Sus lectores se comunican mediante el correo electrónico o telefónicamente. En todos los casos, las criticas y observaciones originan una respuesta dentro de las primeras 72 horas. Pero no alcanza. Se merecen también un Defensor. A continuación analizaremos la situación en grandes empresas periodísticas y “holding”, algunas de ellas, centenarias. Pero creemos que vale la aclaración. El Defensor del Lector o también denominado ombudsman, es un profesional que se desempeña en el diario y tiene como misión representar al lector ante dicho medio. Leer y difundir sus reclamos, sus proposiciones, canalizar las explicaciones que exige, sean correcciones, rectificaciones o aclaraciones. 

Un poco de historia 

Algunos autores sostienen que la primera herramienta creada para asegurar la participación de los lectores, se remonta a 1916, cuando nacen en Suecia los consejos de prensa. En América Latina, el profesor colombiano Javier Darío Restrepo se ha convertido sin dudas en el Defensor más prestigioso del continente latinoamericano. Restrepo señala que "los primeros en adoptar la figura que hoy tenemos en Colombia, del Defensor del Lector para un periódico, fueron los grandes diarios de los Estados Unidos, movidos por dos razones complementarias entre sí: la necesidad empresarial de garantizar un control de calidad para tener o convencer a su clientela, y la crisis de credibilidad que afectó en los años 60 a la prensa de los Estados Unidos". 
Es decir que el Defensor o ombudsman, era un generador de credibilidad. Otro hito que reconocen diversos profesionales, lo constituyen la propia evolución del concepto de información. La publicación de noticias fue primero un "privilegio real", propio de monarquías. Luego se la consideró un derecho exclusivo de periodistas y editores. Finalmente - en tanto y en cuanto concepción del "derecho público" - comienza a extenderse en la década del 70. Por ejemplo, en 1978 el Informe Mc Bride de la UNESCO consagró como principio que los periodistas y las organizaciones de medios, "sirven directamente al público y éste tiene el derecho de llamar la atención por sus acciones". A través de los años - progresivamente - se impuso la concepción del lector como "cliente activo". Fue el derrumbe y desuso de "la comunicación de masas". Es decir, la del propietario dueño de un poderoso diario que se dirige a la muchedumbre, para informarla y para formarla. 

Garantías y Derechos 

La "prensa libre" se constituyó en una de las instituciones básicas del Estado de Derecho. En el mundo capitalista, para que exista una "prensa libre" deben regir dos principios esenciales: "la libertad de expresión" y el "derecho a la información". Por ejemplo, para el diario El País de España," (...) tanto es así que no se puede hablar de democracia en ausencia de una prensa que no tenga las garantías suficientes para desarrollar su labor. Los periodistas ejercemos estos dos derechos esenciales en nombre de la opinión pública, de nuestros lectores. Ello nos obliga ante la sociedad en una medida más amplia que el estricto respeto a las leyes, que debemos acatar como el resto de los ciudadanos. Cuando los periodistas exigimos información en nombre de la opinión pública o criticamos a personas o instituciones de la Administración (Gobierno) o de la sociedad civil, contraemos una responsabilidad moral y política, además de jurídica. Es decir, que se puede abusar del derecho a la libertad de expresión o del derecho a la información sin infringir la ley". (del "El País, libro de Estilo", Ediciones El País, 1977). 

Precisamente el mencionado diario español, ya había definido en 1977, que "son los lectores los propietarios últimos de la información" y que por ello, "entendemos que han de existir unas directrices que comprometan al periódico con sus lectores, una especie de control de calidad que defina quienes somos y cómo trabajamos". Por ello, las normas de conductas de los periodistas son definidas en algunos diarios, en una suerte de "código deontológico" o "principios". Tambien se han creado "Estatutos de Redacción" que definen las reglas que rigen en una redacción. Es decir, un conjunto de principios y reglas que se ofrecen como Garantias, que impidan que tanto los propietarios, editores como periodistas abusen del derecho a la libertad de expresión o del derecho de la información, infringiendo la ley. 

Los controles externos 

En cuanto a los Derechos de los lectores, existen básicamente en cientos de diarios del mundo, dos normas externas de control: el "Libro de Estilo" del periódico, y la figura del Defensor del Lector. 

El Libro de Estilo, además de describir los condicionamientos metodológicos de la escritura del diario, contiene normas y reglas para el uso honesto de la información. Por ejemplo, El País de España, editó su libro en 1977. En nuestro país, los dos grandes diarios argentinos, Clarín y La Nación, recién lo hicieron en 1998. Tambien por entonces, el ya desaparecido diario Perfil (Jorge Fontevecchia, de Editorial Perfil) editó su propio "manual". 

La creación del Defensor del Lector, por el contrario es más reciente. En El País de España, la figura existe desde el año 2000. Hay profesionales destacados que se desempeñan en dicha tarea en cientos de diarios del mundo. No hay registros al respecto. Pero se podrían mencionar a algunos profesionales que han trabajado o aún se desempeñan en matutinos muy prestigiosos. Entre otros el reconocido Javier Darío Restrepo (recientemente reemplazado en El Colombiano de Medellín por José Luis Mejía Arango, también El Espectador de Bogotá, Colombia); Michael Getler para “The New York Times”; Genova Overholser (The Washington Post); Joseph María Cassasús (La Vanguardia, España) o Camilo Valdecantos (El País de España). 

La situación del lector en la Argentina 

En la Argentina, el Defensor del Lector es una asignatura pendiente. El único antecedente lo constituye el diario Perfil, hasta su desaparición. Su propietario, Jorge Fontevecchia instaló la figura del Defensor del Lector, en un intento por innovar en la prensa gráfica argentina. Tras la corta vida del matutino, ningún otro propietario de medios intentó imitarlo en este aspecto.
Clarín y La Nación no han implementado dicha figura. El caso de Clarín es más grave aún: le dedica un pequeño espacio diario a las cartas de sus lectores, en la sección Opinión. El matutino más poderoso de la Argentina, no dialoga con su lectorado, no discute ni intercambia puntos de vista. Históricamente además el diario no publica las criticas o pedidos o exigencias que los lectores puedan realizarle con respecto a coberturas y contenidos. En el primer semestre de este año, los ejecutivos y editores de Clarín están dedicados a elaborar un nuevo diseño, que también modifica contenidos. Se ignora, por el momento, si incorporará la figura de El Defensor del Lector. O si ampliará su espacio dedicado a cartas de lectores. 

En cuanto a La Nación, es quien más esfuerzo hace por tratar de canalizar las inquietudes de sus lectores: el centenario matutino le dedica dos o tres veces el espacio que le da Clarín a los mensajes. Las "cartas" de La Nación ocupan un lugar importante al lado de los "editoriales" de la empresa. Publica muchas veces críticas de sus lectores a dichas posiciones editoriales. Incluso quejas de supuesto "maltrato" en alguna nota periodística. Además, los días lunes, en su sección “Notas”, el profesor Octavio Hornos Paz, escribe su columna “Diálogo semanal con los lectores”. En tono ameno, Hornos Paz hace referencias a los errores gramaticales en que incurren periodistas y editores del matutino, muchos de los cuales son señalados por su público. Tambien cuando el matutino; o mencionan incorrectamente personajes, o hechos históricos. El columnista identifica al lector – como corresponde – y le responde hasta cuando considera que dichas personas se equivocan en sus observaciones. La valiosa tarea de Hornos Paz, de todos modos, se queda a mitad de camino con respecto a la verdadera función del Defensor del Lector, titulo que por otra parte, correctamente, no se atribuye.
Algo parecido ocurre con los demás matutinos. Ninguno tiene Defensor. La Prensa es el segundo diario – después de La Nación – en otorgarle un espacio importante a las cartas de sus lectores. Tambien Diario Popular brinda un espacio similar. Luego sigue Clarín con media página diaria. El diario, supuestamente progresista, Página/12 edita en su contratapa una pequeña columna, para que un afortunado lector que ha sido seleccionado, exprese su interés. Al resto de los diarios ni siquiera les importa lo que opinen sus clientes: no tienen sección de cartas del lector Ambito Financiero, El Cronista ni Infobae. El diario Crónica, cuyo leit motiv es “junto al pueblo”, tampoco publica cartas de “su pueblo”. Eso sí, la mayoría de los diarios colocan un número de teléfono, para que llamen sus lectores, a quienes no les queda otra que discar y hablar con un operador de turno. Claro que muchas veces... "todos nuestros operadores están ocupados". 

¿Por qué los diarios argentinos no implementan dicha figura? 

Tal vez las respuestas las encontremos entre éstos ejemplos. Al referirse a las dificultades del oficio, Restrepo sostiene en forma genérica que: 

"(...) una de ellas es la lucha para hacer desaparecer un lugar común, que el Defensor, como cualquier Robin Hood, debe asumir, per se, la lucha de los lectores contra el periódico y los periodistas. Es una visión maniquea y simplista en la que el periódico y el periodista aparecen como la banda de los malos y los lectores, como la de los buenos. Como la realidad que el Defensor ve, no es tan simple, porque en cada carta de reclamo encuentra partes de verdad en el lector y otras en el periodista, corre el peligro de ser tildado como débil, temeroso o hábil para quedar bien con todos. Como en las peleas de gallos, de lucha libre o de boxeo, el público quiere ver sangre, contendores que ruedan por el suelo y vencedores que proclaman su victoria sobre la ignominia del enemigo. Sobre esa idea elemental tiene que trabajar el Defensor para construir un criterio que permita ver al lector y al periódico como partes hechas para complementarse y enriquecerse mutuamente. Me he negado a ser árbitro de peleas porque entiendo que debo ser promotor de acuerdos y acercamientos". 

Algunos de esos conflictos, son bien descriptivos: 

El portal Consulmedia destacó que el 29 de septiembre del año pasado, los diarios "The New York Times" y "The Washington Post "enterraron" en un rincón de sus respectivas ediciones las movilizaciones en Londres que convocaron entre 150 y 400 mil manifestantes para protestar por la ofensiva militar que se preparaba contra Irak y en reclamo de paz. En su lugar, los matutinos norteamericanos desplegaron un reclamo contra "la caza de la zorra". El organismo estadounidense de vigilancia de los medios, "Fairness and Accuracy in Reporting (Equidad y Precisión de Informes, FAIR), hizo una declaración pública señalando la intención de ocultar la marcha antibélica en Londres. Getler, el Defensor del "Times" estuvo de acuerdo con FAIR y lo sostuvo públicamente. "Estoy de acuerdo con los lectores sobre éstas quejas. Sin importar lo que uno piense sobre la sabiduría de empezar una nueva guerra, una vez que empiece, será demasiado tarde para ventilar las discusiones que debieron ventilarse antes" puntualizó. 

Restrepo explica cómo se viven las quejas de los lectores en las redacciones: 

"(...) la crítica del lector se mira como una intromisión y el periodista, convencido de la habilidad de los especialistas, ignora o apenas si toma nota de las críticas. La relación periódico - lector es por tanto, de carácter vertical: arriba, directivos y periodistas y abajo, recibiendo en silencio, el lector". 

Añade el autor, que en el mundo de hoy - con el actual avance de las tecnologías de la información - esa realidad, se parece a un grotesco. 

Geneva Overholser, estuvo en 1998, en Buenos Aires para participar de un foro. La ombudsman de "The Washington Post" hizo entonces declaraciones para la revista "La Maga", que pueden leerse en el archivo del sitio web de dicha publicación. Overholser explicó como el "Post" elegía a sus Defensor. Señaló que lo proponían los editores del matutino, por un período de dos años, y que en caso de acuerdo, podía extenderse un año más solamente. "El ombudsman tiene que venir de afuera del diario y debe tener la intención de irse. Eso evita que uno amolde su actitud ante los editores para procurarse un trabajo una vez que termine la gestión" explicó. Añadió que el Defensor puede tener experiencia como periodista y como editor, pero que las normas también permiten que se incorpore alguien que fue funcionario de algún gobierno. Explicó que su función es representar a los lectores del "Post", pero que también escribe informes internos basada en sus propias ideas sobre el diario. En cuanto a los controles internos del diario, enumera las figuras de consejos de lectores, las cartas de lectores y la figura del Defensor, que le permiten al lectorado "darle la seguridad de que el medio escucha a quienes lo leen". Agrega "si no, es muy fácil para todos nosotros creer que estamos más allá de la crítica, que somos los perros guardianes. ¿Y si no hay nadie controlando a los perros guardianes?. Entonces la gente comienza a perder confianza en la prensa". 

Una vez más, la credibilidad de los lectores en sus diarios favoritos está en el eje del problema. 

Si miles o millones de lectores dejaran de comprar un diario, porque consideran que miente o bien su contenido solo apunta a incrementar los negocios de sus accionistas. Si los matutinos violan su propio Manual o Libro de Estilo confundiendo información con opinión para beneficiar al gobierno de turno. Si minimizan hechos o directamente se ignoran. Si un periodista escribe en el matutino información favorable para empresas privadas, porque a su vez, son sus auspiciantes en programas de radio y TV que el mismo periodista conduce o produce. Si un periodista gráfico cobra de espaldas a la redacción y a sus colegas, transformándose en un "operador de prensa". En todos los casos, será el diario el medio que perderá prestigio. Y a la larga la tarea del periodista caerá en la ponderación social. 

Pero no siempre los lectores tienen la capacidad para detectar dichas irregularidades. Tendrían que recurrir a una lectura "cruzada" de dos o tres diarios, comparar los criterios, verificar los datos y aún así, al no existir secciones como las "cartas de lectores" o el "Defensor" no tendrían lugar donde aportar sus observaciones críticas. Se encuentran inermes. 

En julio de 2003, Restrepo estuvo en Buenos Aires, Argentina. Fue invitado por FOPEA, una institución de periodistas argentinos que bregan por la práctica honesta de la profesión y la independencia de criterios. Al referirse a dicha problemática le dijo a la periodista Susana Reinoso del diario La Nación, que: 

"La pena es que el público no ha sido capacitado para hacer esa distinción. Se necesita un lector muy avezado, que haya hecho lectura crítica de los periódicos para advertirlo. Por consiguiente yo veo al lector inerme frente a esa clase de trucos porque se convierten en cómplices de un engaño. Pero, además, son prácticamente desconocidos los derechos del lector". (Publicado en La Nación de Argentina, el 4 de julio de 2003). 

Precisamente Restrepo ha difundido en nuestro continente un decálogo del lector del holandés Cees J. Hamelink. La idea es nutrir al lector de la actitud que tendría que tener, al menos, al enfrentarse a la información de algún medio de comunicación. 

Es el siguiente: 

1 - Ser crítico de los medios. 
2 - Rechazar toda censura. 
3 - Respetar la independencia editorial del periódico. 
4 - Condenar todo estereotipo sexista o racista. 
5 - Buscar fuentes alternativas. 
6 - Exigir suministro plural de información. 
7 - Proteger la propia intimidad. 
8 - Ser fuente fiable de información. 
9 - Ni comprar ni vender información. 
10 - Exigirles cuentas a los responsables de los medios. 

En la Argentina, la venta de periódicos se redujo en los últimos seis años entre un 25 a un 35 %. Los propietarios de medios y algunos editores explican - con mucha razón - que ello se debe a la gravísima crisis económica que atraviesa el país. Pero nadie parece observar que haya una crisis de credibilidad en los medios en general, y en los diarios en particular. Como si el regreso de la Argentina al crecimiento significará la recuperación automática de los lectores perdidos. En el mientras tanto, las empresas periodísticas recurren a los "anabólicos" para enfrentar la caída de las ventas. Así añaden a sus ediciones CD musicales, enciclopedias de las más variadas, colecciones, manuales. El diario Clarín, el mes pasado, llegó incluso a regalarle un paquete de yerba mate a sus lectores junto a una edición dominical. Los lectores son, definitiva, quienes todos los días deciden en que diario van a confiar. Si es que confían en alguno. 

Fuentes: 
  • El Colombiano (Colombia) www.elcolombiano.terra.com.co. En Defensor del Lector. Artículos de Javier Darío Restrepo.
  • Portal Consulmedia. www.consulmedia.com/información/ notas. "Periódicos estadounidenses ocultan cobertura de marcha antibélica".
  • Redacción I. Libros de Estilo. Textos complementarios. Escuela de Comunicación Social. Facultad de Ciencias Políticas y RRII. Universidad Nacional de Rosario. 
  • Fuentes propias del DsD. 
Extraído de http://www.diariosobrediarios.com.ar (30/07/ 2003)

20/9/11

CONTROL SOCIAL, MASS MEDIA Y CONSTRUCCION DE LA REALIDAD


Sergio Ciancaglini, de lavaca.org, y Raúl Zaffaroni


En el marco del Primer Congreso Internacional de Periodismo Autogestionado, realizado en el Bauen Hotel de la Ciudad de Buenos Aires, el Dr. Raúl Zaffaroni (ver CV) brindó una clase magistral bajo el título “Lo legal y lo legítimo”. Comparto con Uds. un resumen de su exposición:

“Estamos en un momento de poder planetario llamado globalización, como hubo otros denominados colonialismo o neocolonialismo, por suerte el poder planetario tuvo contradicciones y gracias a ellas estamos vivos. Pero también es un momento de revolución tecnológica en que el poder más que nunca, depende del saber, es decir del know-how ”, así arrancó el Doctor Zaffaroni su clase magistral en el Salón Bolivar del Hotel Bauen, recuperado por sus trabajadores. Según Zaffaroni hoy el mundo tiende a dividirse ya no entre explotadores y explotados sino entre incluidos y excluidos en donde no hay dialéctica porque el excluido está de más. Por lo tanto, para Zaffaroni el reestablecimiento de la dialéctica estaría dada por esa lucha por el saber. “Hoy tenemos las posibilidades que no teníamos hace 30 o 40 años porque la información está a nuestro alcance. Y los excluidos tienen algo que los incluidos no tienen que es tiempo. Y si ese tiempo se organiza, para apoderarse del saber, la sociedad se transforma”. Decreta con estilo premonitorio el Doctor al que algunos llaman Raúl y otros Eugenio. Zaffaroni hace un recorrido sobre la historia de los derechos humanos que tiene que ver con el título de la charla: lo legal y lo legítimo. En realidad lo que viene a contar Zaffaroni es lo que todos sabemos, o por lo menos intuimos, que lo legal tiene que ver con lo escrito. El comienzo de su charla se asemeja al inicio de un cuento: “Un día del año de 1948 se hace la Declaración Universal de Derechos Humanos que la aprueba todo el mundo. Como ustedes saben que una Declaración en el derecho internacional tiene el valor de una buena voluntad. Tardaron luego treinta años en hacer los tratados que eso sí ya es ley. Los realizaron cuando estaban dadas las condiciones políticas. Pero también se puede decir que en el 48′ se hizo una Convención Internacional de lucha contra el Genocidio. Sí, sólo que recortaron tanto el concepto de genocidio que quedó bastante mezquino. Porque había que definirlo en forma tal que no entraran todas las masacres que habían cometido los europeos en África ni la que había cometido Stalin ni la de Hiroshima y Nagasaki. Plantearon un concepto de genocidio que hasta el día de hoy nos preguntamos qué es un genocidio cuando hay mas de un millón de muertos, de repente”. “Todo esto forma parte de la historia formal, o historia legal, pero hay una historia real de los derechos humanos”. Ahí vamos entonces.“¿Hay otra historia?” pregunta Zaffaroni y se responde: “Sí, hay otra historia”. Señoras y señores esta historia que viene a hablar Zaffaroni es inversamente proporcional a la que estudian la legalidad de los Derechos Humanos que dicen que los derechos se clasifican de la siguiente manera:
  • los derechos de primera generación que son los individuales; 
  • los de segunda generación que son los sociales; 
  • los de tercera generación que tienen que ver con el desarrollo sustentable. 
Zaffaroni dirá que la historia real es inversa. Desarma, entonces, el esquema que organizaron los que supuestamente estudian la legalidad de los Derechos Humanos y lo vuelve a armar. Dirá Zaffaroni que para nosotros y desde el margen, el derecho de primera generación es el derecho al desarrollo y crecimiento gradual y racional. Los de segunda generación son los de derechos sociales como los consagrados por la Constitución mexicana de 1917 (primera en el mundo). Y los de tercera generación serían los individuales. Este Doctor que sobre en America Latina sabe mucho y fue autor de proyectos de reformas a los códigos penales argentino, ecuatoriano, boliviano y costarricense, señala: “El derecho al desarrollo es por lo que pelearon nuestros libertadores en contra del colonialismo. Después decimos que copiamos Constituciones liberales, como la de Estados Unidos porque era el único modelo republicano hasta ese momento, que cada uno, fue adaptando o arruinando con declaraciones de derecho pero que no se cumplieron nunca. Tuvimos en nuestra región latinoamericana Constituciones liberales de respecto autonomía, a la libertad de las personas con realidades semi-feudales, no digo feudales porque es un fenómeno europeo”.
Zaffaroni continua su disertación frente a un público atento, inmutable y admirador de este hombre que fue designado Doctor Honoris Causa en varias universidades del mundo, entre ellas de Perú, Italia, Brasil, Uruguay, Bolivia, entre otras, y que afirma que teníamos un deber ser (dado por las Constituciones liberales) inmerso en Repúblicas oligárquicas. ¿Cómo explicaron esta contradicción nuestras olirgaquías?, Zaffaroni entonces responde de manera clara y precisa: “Racistamente. Se creían los iluminados que debían ejercer el poder político sobre lo que ellos consideraban ‘la indiada o negrada’ y no podían permitir la autogobernación porque iba a ser el caos”.
Sin embargo e incluso con aquellas realidades, porque como explica Zaffaroni todo grupo que el avance civilizatorio quiso marginar vino a parar a nuestros suelos, America Latina dio lugar a movimientos de ampliación de la base de ciudadanía real muy diferentes: como el cardenismo en México o el peronismo o yrigoyenismo en Argentina, entre otros. Entonces Zaffaroni interroga: “¿Por qué estamos acá?; ¿Por qué algunos sabemos leer o escribir y pudimos llegar a la Universidad? Y dispara: “Por los populismos, con todos sus defectos y todas sus críticas que se le puedan formular, pero que empalidicen cuando vemos las masacres y las brutalidades cometidas por los contrapopulismos que quisieron frenar la realización de los derechos humanos economicos, sociales y culturales”.
Señala entonces que estos adalides de los contrapopulismos se hacen llamar liberales. “Yo pregunto si es liberal bombardear la Plaza de Mayo. Yo pregunto si es liberal fusilar sin juicio previo. Yo pregunto si es liberal derogar una Constitución por bando militar. Yo pregunto si es liberal desaparecer 30.000 personas”. Se interroga Zaffaroni que es profesor titular y director del Departamento de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Buenos Aires, que en el año 2007 la Universidad de Buenos Aires, distinguió al Doctor como Profesor Emérito y que en el año 2009 el jurado mundial independiente lo galardonó con el Premio Estocolmo en Criminología.
Rendondeando la charla este Doctor que sabe mejor que nadie sobre lo legal y lo legítimo pero sobre todo conoce sus diferencia dilucida que en los últimos años aparece un fenómeno mundial muy particular, que ocupa el centro de toda compaña política y se trata del control del delito. Zaffaroni irá al grano: “Toda proclama golpista viene acompañada de un anuncio sobre el descontrol de la situación criminal. Si bien esto no es nuevo, nunca había sido publicidad de campaña”.
Inserta el tema: “¿Qué hay detrás de este fenómeno?” Y lo explica: “Hay una construcción de un “ellos” de enemigos. Hay un grupo social marginado y excluido que no se lo puede sacar de ese lugar. ¿Cómo se genera? A través de una técnica de comunicación social en donde el ciudadano medio no es ya el trabajador sino una víctima. Los medios buscan una víctima capaz de crear cierta empatía, se lo convierte en víctima héroe, se le brinda un enorme escenario mediático y en plena elaboración del duelo de una pérdida se le hace decir todo lo que el enuniciador mediático no puede decir. Ojo, a la víctima héroe la destruyen, les importa un comino. Por supuesto el tema de ‘gatillo fácil’ no aparece”.
Zaffaroni cuenta que esta técnica se creó en Estados Unidos pero de manera viral se universalizó a través de la comunicación de entretenimiento. “Si ustedes hacen zapping en la televisión van a ver una serie de homicidios en un rato que en el país no se cometen en un año con protagonistas psicópatas que resultan ser los héroes. Hay que tener cuidado porque internalizamos estas historias desde muy temprano y porque usamos la televisión como baby sister. Entonces el modelo punitivo se extiende a toda la conflictividad social”.
Para Zaffaroni tenemos una televisión que controla al poder político. Y el poder político responde con “leyes locas y descalabradas”. El resultado de este control lo explica al finalizar la charla: “Dentro de la prisión tenemos un diez por ciento de ‘psicopatones’ medios peligrosos y el otro 90 por ciento son ladrones burdos, vendedores minoristas de tóxicos prohibidos y mulas. Si me preguntan qué poder político implica criminalizar y prisionizar a un grupo de personas sin poder de los sectores más carenciados, mi respuesta es que no hay poder político. Es poder represivo que se ejerce sobre los que estamos sueltos con el pretexto de los que están presos. Y cada día estamos más controlados”.

Fuente: http://www.periodismoautogestionado.org/

A continuación de la clase magistral el Dr. Zaffaroni realizó una entrevista con la periodista Graciela Pérez del periódico Miradas Al Sur. Esta es la nota publicada en la edición del domingo 18 de septiembre en la ciudad de Buenos Aires:

Raúl Eugenio Zaffaroni:
“Los medios construyen realidad”
El juez de la Corte Suprema propone que los medios cuestionen su propia ética periodística. Schoklender y el caso de Candela.
"Creo que hay algunas cosas que habría que reflexionar por parte de algunos propietarios de los medios de comunicación, como la autolimitación ética”, dice Raúl Eugenio Zaffaroni a Miradas al Sur. El magistrado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación dialogó ayer con este dominical, minutos después de terminar su exposición en el marco del “Primer Congreso Internacional de Periodismo Autogestionado”, que se desarrolló en el Hotel Bauen. La utilización política del caso Schoklender en un año electoral, la intromisión del poder legislativo en cuestiones judiciales, el accionar peligroso de los medios en el caso Candela Rodríguez, la ética periodística, el crimen organizado, la Ley de Quiebras y los vicios de la Justicia, fueron algunos de los temas que abordó.
–La oposición va a pedir que Sergio Schoklender hable en el Congreso para dar explicaciones de los fondos públicos destinados a viviendas sociales. También Schoklender acusó a las Madres e involucró a Hebe en este asunto. ¿Cómo ve del lado de los medios esta cobertura?
–Es claro que en el medio de una campaña electoral esto pesa y toma un color diferente en lo que sería fuera de la campaña. Se tiende a politizar todo para tratar de sacar una ventaja electoral de esto, lo cual distorsiona un poco las cosas. Entre las facultades del Congreso de la Nación, para citar a un ciudadano, primero se debe conformar una comisión investigadora, que tiene que ser aprobada, antes que nada. En segundo término, las facultades de estas comisiones investigadoras están muy discutidas. Yo no voy a adelantar cosas pero pregunten a los hombres sabios en cuestiones constitucionales, y verán que históricamente es un tema bastante discutible que se meta el Congreso en cuestiones judiciales. Lo otro es que son distintos movimientos en una campaña electoral. En política, cada uno trata de tirarle al otro con lo que puede y con lo que tiene. A Dios gracia, no tiran cadáveres.
–¿Se puede decir que hay como una especie de tiro por elevación hacia las Madres para intentar llegar al Gobierno?
–Hacia las Madres, los derechos humanos, para tener más votos en una campaña electoral. Hay picardías políticas, es parte de la democracia, es así.
–Yendo al caso Candela Rodríguez, ¿cómo analizaría la construcción del rol de la víctima en los medios de comunicación?
–Obviamente fue un secuestro con características particulares, un secuestro extorsivo. Por suerte, nuestra policía ha sido bastante eficaz en cuanto al desmantelamiento de bandas de secuestradores. Hay una tipología de secuestro extorsivo. Existe el secuestro extorsivo express, que lo puede hacer cualquiera y que por lo general es más cercano al robo que al secuestro. Aunque jurídicamente sea un secuestro, pero en el ámbito criminológico está más cercano al robo. Luego está el secuestro extorsivo que puede tener cobertura por parte de algún delincuente disfrazado de policía. Este tipo de secuestro normalmente es más detectable. Cuando un policía se pasa a la delincuencia, el entrenamiento que tiene hace que siempre actúe con cobertura. El delincuente común siempre actúa a la defensiva y tiene más posibilidades de dejar marcas. Luego está el secuestro organizado por una banda de secuestradores. Es más difícil, un delito muy complejo, se necesita lugares donde poner al secuestrado porque no se lo puede tener mucho tiempo en el mismo lugar, ya que llama la atención. También se necesita la participación de varias personas, lo cual dificulta el éxito de la operación. Insisto, este secuestro de bandas no lo tenemos en el país. Nuestra policía actúa bien. Si se debe tener mucho cuidado en la comunicación, para no transmitir que el secuestro es un delito fácil y un negocio rentable, porque si se transmite esta idea lo que cunde es el secuestro bobo. El idiota que cree eso, practica un secuestro, es reconocido por la víctima y es un secuestro más peligroso para la vida del secuestrado. Hay una regla principal, cuando la víctima tiene privada su libertad está amenaza su vida, y hay que ser muy prudente con la información. Lo que uno diga, no lo dice sólo al público, sino que también a los delincuentes.
–¿Cuál cree que fue el tratamiento en este caso?
–Fue atípico porque el secuestro lo fue. Comienza como un caso vinculado a trata y después se va derivando a otra cosa que no está muy clara hasta el día de hoy. Cualquier cosa que dijera sobre el hecho concreto sería un absurdo desde mi punto de vista, porque no tengo acceso a la investigación. El accionar fue peligroso para la vida de la víctima. Siendo un secuestro atípico, pudo haber sido un psicópata. Y acorralar a un psicópata no es lo más aconsejable porque se pone en juego la vida de una persona. Creo que hay algunas cosas que habría que reflexionar por parte de algunos propietarios de los medios de comunicación como la autolimitación ética. El riesgo que corre esto es poner en riesgo la libertad de expresión. Si se reiteran hechos de esta naturaleza, no faltan los censuristas y alguien va a salir con un proyecto de ley para hacerse nombre, diputado fulanito que nadie conoce y que sale con el proyecto fulanito sin contenido. Eso no me gusta de ninguna manera. Alguna regla frente a algunos hechos, creo que debería ser materia de autocrítica de algunos medios. Por ejemplo, publicitar lo menos posible, quizás también tiene que ser materia de investigación por científicos, técnicos, especialistas en ciencias sociales; cómo se puede informar sin publicitar. Todos sabemos cómo se puede exagerar con la publicidad. Si se habla de una ola de suicidios, se puede inducir a una epidemia de suicidios. Otra es que mientras la vida de una persona permanezca en peligro, hay que tener cautela.
–Varias críticas hubo en este caso. Una fue que en mucho de los allanamientos no se contaba con orden judicial y, a la vez también, el discurso de la propia madre, poco conciliador, como si no tuviera asesoramiento frente a los medios.
–No quiero meterme en el hecho concreto porque no sé ni qué sabían las autoridades, el fiscal, la policía. En una investigación hay filtraciones que son provocadas por los mismos medios que quieren la noticia. En realidad, son delitos por parte del que provoca la filtración porque está divulgando el secreto, está violando un deber público, pero sabemos que eso pasa y que luego queda encubierto por la reserva de la fuente de información. Es lamentable pero pasa. Participa mucha gente, no todos son autoridades, a veces es el que pasa una cosa en la computadora.
–¿Se podría decir que hay un aumento del crimen organizado en el país? 
–Indiscutiblemente si tomamos 30 o 40 años sí, porque irrumpe la revolución comunicacional, entran nuevos tráficos y técnicas. Hace 30 años no teníamos la misma incidencia en tráfico de personas, armas, trata de personas, tóxicos. De cualquier manera, estamos políticamente protegidos. No estamos en la misma posición que México, por ejemplo. No somos país productor, no estamos al lado del un país demandante consumidor. Pero sí, el crimen organizado ha aumentado en todo el mundo aunque es un concepto que yo pongo en duda porque incluye varias cosas y tratamos de meter en la misma bolsa cosas distintas. Si metemos en la misma bolsa a una banda de secuestradores y a un banco que hace dos o tres lavados de dinero por año, no sirve para nada. Cada uno de ellas necesita medidas concretas, se tiene que atender la particularidad de cada cosa.
–En materia de accionar judicial, ¿cómo evaluaría estos 25 años de democracia? Avances y retrocesos dentro de la Justicia, teniendo en cuenta que se modificó la Corte Suprema y que hay ciertos jueces que están fugitivos y se los está buscando por su accionar en los años de plomo.
–Creo que de alguna manera el perfil del Poder Judicial está cambiando. La reforma del ’94, la designación de jueces a través del Consejo de la Magistratura. Me gustaría que no se sea arbitrario en nada.
–¿Qué es lo más difícil de modificar?
–El perfil judicial. Lo estamos viendo con los años, se va modificando de manera generacional. En ningún momento nadie pensó que se podía modificar el perfil judicial cambiando radicalmente todo el Poder Judicial. No podemos encargar que nos manden jueces enlatados de Groenlandia. Vamos con esto y lo mismo ha pasado en Italia cuando parte del Poder Judicial falló y se puso en funcionamiento uno nuevo. Hay que estar atentos porque va a dar resultados muy positivos porque se puede pelear contra la corrupción política, contra la mafia, seguir adelante. Lo mismo ha pasado en España con un poder judicial franquista. Como todo lo que hay en el aparato penal, policías también. No podemos pensar que vamos a cambiar todo de golpe. Desgraciadamente es como un barco que hay que ir arreglando mientras sigue navegando.
–Hoy hablaba del poder de los medios para con la política, ¿se podría decir que hay cierta complicidad de políticos y jueces con los medios para figurar, para no ser excluidos, y por eso apoyan a medios hegemónicos con amparos judiciales contra la ley de medios o declaraciones en contra de la pluralidad de voces?
–Concretamente, de la ley de medios no puedo decir nada. Es algo que tenemos que resolver. Indiscutiblemente, los medios son un factor de poder, lo reconozco, y que construye realidad. Es el teorema de Thomas. No importa si algo es verdadero o falso, importa que se lo de por verdadero. Los medios construyen realidad por lo que si decimos que llegaron los marcianos y no es así, no importa, aunque estemos todos locos. Eso juega en cada tema y también en la ley de medios pero no puedo opinar sobre eso.
–Termina de dar una charla en el Bauen, empresa recuperada. ¿Cómo viene el tratamiento dentro de la Justicia de la Ley de Quiebras y sus recientes modificaciones?
–Yo espero que haya avance. Tengamos en cuenta que estas modificaciones son una innovación que avanza sobre todo lo que es un hecho concursal que está pensado para otra cosa. Los jueces tendrán que ir acostumbrando la cabeza a una nueva perspectiva. Es una ruptura importante a un derecho concursal que ha tenido siempre por objeto, y centro de los intereses, a los acreedores. Es un desafío para cualquiera que ha pensado siempre el derecho de una manera y de un momento a otro tiene que pensarlo de otra. Los juristas tenemos una tendencia a resistirnos a incorporar componentes. “Me está desarmando la estantería, ¿qué hace?, yo la tenía armadita.” Es un poco eso.
–¿También pasa por el pensamiento individual de cada juez?
–Independientemente de su posicionamiento ideológico, es el entrenamiento. Venimos con cierto entrenamiento, tenemos la casa en orden, viene uno, se altera todo el armario, se cae la base y hay que ver quién lo hace pero hay cierta resistencia. No es necesariamente una cuestión ideológica, se puede ser un reaccionario, un fascista. Me enseñaron toda la vida a pensar esto de una manera y pensar de otra cuesta. Es una especie de entrenamiento profesional.