Edwy Plenel es una de las
personalidades más relevantes de Francia. Con un curriculum vitae donde
sobresale su condición de ex director de redacción de Le Monde su reconocimiento público en la
actualidad se debe a Mediaprt, un diario
en formato digital fundado en 2008 que demostró que un sistema de periodismo de
calidad y pago era sustentable desde la web.
Comparto
con Uds. un artículo del semiólogo argentino Eliseo Verón publicado en el periódico
Perfil de Buenos Aires el 1º de diciembre de este año.
NUEVOS ESCENARIOS
Destinos del periodismo
“Tenemos tres convicciones. La primera es que lo digital está y
estará en el corazón de nuestro oficio de periodistas. La segunda, que
internet es una revolución industrial y no necesariamente significa
superficialidad, inmediatez, conformismo, flujo. Estamos contra el
flujo”. “Nuestra tercera convicción es que hay que defender la creación
de valor de la profesión. Esto implica que la buena información hay que
pagarla”. “En internet se puede hacer un periodismo de tan alta calidad
como el mejor periodismo en papel”. “Nuestro objetivo es la defensa de
la tradición del periodismo en el corazón de la modernidad”. “Con
internet, el ciudadano común ha reconquistado un derecho que los
periodistas habían monopolizado: la libertad de expresión. Antes, había
que pasar por el periodista para expresar su opinión en el espacio
público: tribuna del lector, entrevista, micrófono. Ahora ya no. Para
los periodistas, es una excelente noticia”.
Estas rotundas afirmaciones pudieron ser escuchadas (y discutidas) en
Buenos Aires durante la semana que acaba de concluir. Su autor, el
periodista Edwy Plenel, fue invitado a dar conferencias y a participar
en varios debates, conjuntamente por el CFA (Centro Franco-Argentino de
la Universidad de Buenos Aires) y por la Maestría en Periodismo de mi
universidad (Maestría organizada en el marco de cuatro instituciones: la
Universidad de San Andrés, el Grupo Clarín, la Universidad de Columbia y
la Universidad de Bologna).
Durante la presidencia de François Mitterrand, Edwy Plenel estuvo
asociado a múltiples polémicas y revelaciones (acusado, entre otras
cosas, de ser agente de la CIA). Fue periodista del diario Le Monde
durante veinticinco años, y se desempeñó como director de la redacción a
partir de 1996. Renuncia a ese cargo en el 2004, por desacuerdos con la
dirección general y es despedido en 2005. En el 2008 funda
Mediapart.fr, que se ha convertido en uno de los sitios de periodismo
electrónico más prestigiosos de Francia y de Europa. A contrapelo del
folclore generalizado acerca de la gratuidad de los contenidos de
internet, Plenel insiste en la creación de valor propia de la profesión
del periodismo y por la cual la información no puede ser gratis. Bueno
–mis lectores recordarán que en alguna vieja columna abordé este tema–,
“gratis” es una manera de hablar: nada es gratis en la cadena
capitalista de generación de valor agregado; la cuestión es más bien
quién paga. El principio fundamental de la independencia del periodismo
(“sin ningún lazo de dependencia con respecto a intereses financieros,
industriales o políticos”), sólo puede ser preservado, según Plenel, si
los que asumen los costos no son empresarios (con frecuencia ajenos al
campo de la información), sponsors o agencias de publicidad, sino los
consumidores, a quienes la información propuesta interesa y cuyo valor
reconocen. Internet hace posible la sustentabilidad de semejante
transacción comercial. Un periódico electrónico elimina dos tercios de
los costos de producción de un diario de papel, a saber, precio del
papel + proceso de impresión + distribución y venta. En estas
condiciones, el pago directo de la suscripción por el consumidor vuelve
sustentable un proceso de producción de discurso informativo creador de
valor agregado. En su corta historia, Mediapart parece haber
proporcionado la prueba de que esto es posible. Sin ningún tipo de
publicidad, Mediapart tiene hoy 60 mil abonados a nueve euros por mes, y
un promedio de más de 100 mil visitas por día. En equilibrio desde
fines de 2011, tendrá en 2012 un margen beneficiario estimado en 700 mil
euros. De las cuarenta personas que emplea, más de veinte son
periodistas profesionales con salarios comparables a los del conjunto
del sector (punto central para Plenel, dada la persistencia de la idea
según la cual el periodismo digital es un periodismo “de segunda”).
El paso por Buenos Aires de Edwy Plenel dejó planteadas cuestiones
apasionantes. El rol de los periodistas, dice Plenel, no es opinar, sino
dar información de interés público, respondiendo al derecho fundamental
de “saber” que tiene el ciudadano. Yo pregunto: ¿Quién define lo que es
de interés público y lo que no? Siguiendo a Hannah Arendt, Plenel
distingue “verdades de opinión” y “verdades de hecho”: según él, son
éstas últimas el objetivo esencial del trabajo periodístico. Yo
pregunto: ¿Quién define a qué clase pertenece el discurso sobre tal o
cual acontecimiento? El peligro es aquí el encierro en una mala
epistemología, puramente autorreferencial, centrada en la oposición
entre verdad y mentira. Porque en ese caso la “defensa de la tradición
del periodismo” que Plenel encarna, podría ser percibida por la sociedad
como la gestualidad desesperada de una especie en vías de extinción.
*Profesor emérito, Universidad de San Andrés.
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