¿Cómo le va, lector? ¿Cómo pasó la semana? ¿Se siente usted “regio”, ahora que la reina de Holanda es argentina, o teme que en el próximo partido de fútbol va a tener que gritar “¡el que no salta es... la reina!”?
Qué relativo que es todo, ¿verdad? ¡Hasta la teoría de la relatividad es relativa! Fue Jacques Lacan quien dijo “Toda certeza es delirante”. Ahora bien, ¿estaba seguro Lacan? ¿Tenía certeza de lo que estaba diciendo? No sé usted, lector, pero yo me siento cada vez más... cada vez más... cada vez más no sé qué cosa, porque si supiera qué cosa, sería un delirio, según Lacan. Así que prefiero ir a lo de mi psicoanalista y que él me diga cómo me siento.
O que mi médico me confirme si me duele algo o no.
O que las publicidades me informen qué cosas necesito comprar para ser feliz.
O que los medios me cuenten cómo me va en la vida.
Porque si usted siente que le va más o menos bien, pero los medios dicen que le va mal... ¡a usted le va mal! ¡Ellos saben, ellos saben!
Pongamos por ejemplo: si la Policía Metropolitana tira balas de goma a los pacientes y enfermeros del Borda ¡eso es una riña! Hay dos bandos en igualdad de condiciones, unos entrenados para reprimir, y armados, y protegidos con escudos, y los otros, entrenados para dar inyecciones, o sufriendo, que tiran piedras quizá para defenderse... ¡ésas son peleas, no Maravilla Martínez!
Bueno, ya lo dijo Umberto Eco: “Si un tipo se come dos pollos, y otro tipo no come ningún pollo, para las estadísticas se comieron un pollo cada uno”.
Y nadie dice que esté bueno tirarle piedras a la policía, eh... lo que estamos diciendo es que ¡eso no es “una riña”!
Y usted me podría decir: “Bueno, la diferencia de fuerzas es relativa. Hace unos 3000 años, David, con una honda ¡mató al gigante Goliat!”. Y yo le podría responder: “¿Se imagina usted la cobertura de los medios filisteos de aquel entonces? ‘David se aprovechó de su diferencia de tamaño para matar sin piedad a Goliat’, ‘Feroz represión a Goliat, con una honda de destrucción masiva’, ‘Investigan si David no tiene una cuenta en Babilonia’, ‘Reportaje exclusivo a una oveja que afirma tener un vínculo íntimo con el pastor David’”. O, directamente, negando el tema: “Judea, cada vez más aislada del mundo”.
Y está bueno que uno se pregunte “¿En serio, una riña entre la policía, los pacientes y los enfermeros?”. ¿Los enfermeros les lanzaban pastillas antipsicóticas? ¿Qué habría dicho Lacan, en una situación así? ¿Y Umberto Eco?
Porque esto es como los que toman el tiempo de la conquista de América como “Encuentro de dos culturas”, lo que no deja de ser cierto, con la extraña característica de que una cultura conquistó, esclavizó y expolió a la otra... Rara manera de “encontrarse”. Quiero decir, ¿cómo la ve, lector, lectora, si uno le propone “qué te parece encontrarte con un tipo (o una mujer) que te va a conquistar por la fuerza, te va a esclavizar, y durante varias generaciones se va a llevar todo lo que vos produzcas”? Seguro que si le proponen un evento así en feisbuk, usted pone “no asistiré”, ¿no?
Pero debo ser yo, que no entiendo. No sé, le voy a preguntar a mi analista, y que él me diga si entiendo o no.
No entiendo a los medios que ponen títulos alarmistas sobre el precio del dólar, con lo que logran angustiar a sus lectores, que salen corriendo a comprar dólares, y... ¡aumenta más!
No entiendo a quienes ejercen la libertad de expresión para protestar contra la falta de libertad de expresión, en el mismo sitio y momento histórico.
No entiendo a los que creen que “lo mismo que está mal si lo hace un funcionario, está bien si lo hace un empresario”.
No entiendo a los que piensan que gobierno y poder son lo mismo (en Argentina o en cualquier otra parte del mundo).
No entiendo a los que votan por los que les dicen que la única manera de salir de la crisis es profundizando la crisis.
No entiendo a los ecologistas europeos con su campaña “salven a los bancos”.
No entiendo a los que quieren cambiar, pero cuando les preguntás qué cambio quieren, se quedan mudos.
¡Pobre mi analista, la cantidad de cosas que me va a tener que explicar, la próxima sesión!
Sí, me parece que lo voy a hacer trabajar demasiado... bueno, dirá usted, para eso uno le paga la sesión, ¿no? Es cierto, pero él también es un ser humano y como tal, es probable que haya cosas que tampoco entienda.
¿Y entonces, qué?
¡Ya sé, lector, ya sé! ¡Mire, aprovechemos que esta semana está la Feria del Libro! ¡Seguro que encontramos alguno que nos pueda explicar todo, pero todo todo!
Y si no, podemos seguir con los chistes, como siempre.
Hasta la semana que viene.
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