26/3/13

COMUNICACIÓN POPULAR Y DERECHOS HUMANOS



Comparto con Uds. un artículo de mi autoría publicado en el último número de la revista digital "Segunda línea". Ver online aquí.

La segunda línea de la comunicación (Sección del Centro de Comunicación La Crujía)


Comunicación Popular y Derechos Humanos

Sin dudas la segunda mitad del siglo XX es reconocida como la era de la consolidación de los derechos ciudadanos a partir de un estado de participación y movilización de distintos colectivos que entienden que lo  declarativo no alcanza, y que solo es posible entender como derecho pleno aquel que se ejerce como tal.
A los hitos históricos que representan la Declaración de los Derechos del Hombre y el del Ciudadano de 1789 y la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 se suman, en el siglo XXI, un sinfín de pequeños logros en distintos rincones de nuestro planeta con la sanción de leyes que dan forma concreta a derechos abstractos.
Con ese faro en nuestro horizonte participamos activamente, como Centro de Comunicación, en la organización del VI Foro Educativo “Escuela Ciudadana, Ciudad Educadora”, celebrado en 2010, con la intención de plasmar los postulados de Paulo Freire: “la Escuela Ciudadana es aquella que se asume como un centro de derechos y de deberes. Lo que la caracteriza es la formación para la ciudadanía. La Escuela Ciudadana, entonces, es una escuela que hace realizable la ciudadanía de quien está en ella y de quien viene a ella”.
Los días 9 y 10 de Noviembre de 2011, esta vez en las instalaciones de la Universidad Nacional de Quilmes, dijimos presente en el VII Foro Educativo. Es a partir de estas actividades que entablamos una relación fraterna, más allá de los vínculos institucionales, con Daniel Carceglia, referente en el campo de la Educación Popular.
Es por un generoso ofrecimiento de su parte que nos sumamos, junto a la Dra. Gabriela Cicalese, al cuerpo docente del Diplomado en Derechos Humanos abierto a alumnos del nuestro continente desde la plataforma de e-learning de la Unqui. Con el sugestivo título de Diplomado en Educación Popular: Prácticas educativas y construcción de conocimiento en América Latina y la co-certificación de la Universidad Academia Humanista Cristiana de Chile, emprendimos la aventura de vincularnos con la primera cohorte y la participación de estudiantes de latinoamérica.
Durante la cursada abordamos, entre otros temas, la construcción conceptual de la comunicación popular, la 
comunicación comunitaria y la comunicación alternativa, además de distintas experiencias de contra información, medios locales y medios comunitarios. También se desarrollaron conceptos relacionados con la identidad colectiva, los hitos de condensación de la identidad y los mitos fundacionales y refundacionales.
Entender la comunicación como un derecho que nos permite ser actores de procesos colectivos al margen de la comunicación hegemónica y sus canales omnipresentes es superar la disyuntiva planteada en la preservación de la libertad de expresión y la libertad de prensa que los sectores de poder amenazados en sus interés económicos enarbolan como condición sine qua non del sistema democrático.
Comprender que esta problemática es un denominador común en nuestra América es reconocernos en nuestros hermanos latinoamericanos. La mordaza no se detiene ante fronteras o accidentes geográficos, todos somos, en alguna medida, hijos del silencio.
Pero también nos reconocemos en nuestros intereses y en la lucha, ya que al fin al cabo terminamos hablando el mismo idioma: el de la libertad verdadera, el reverso de la “libertad del mercado”.
Nosotros no hablamos de sostener el statu quo, hablamos de multiplicar voces mediante la formación de educadores populares que a su vez distribuirán esta semilla por un continente que hoy se nos plantea como tierra fértil para desafíos de esta naturaleza.
Leyes de comunicación audiovisual, como la sancionada en Argentina, tarde o temprano se expandirán por Latinoamérica. Minorías excluidas y grandes contingentes silenciados encontraran por fin una cobertura legal para hacer más fuerte esa voz que, a pesar de la represión y las persecuciones, nunca se apagó. 
Esas palabras, en cientos de tonadas, dialectos e idiomas, recorren los aires del sur. Quien quiera oír que oiga.

Francisco L. Monzón


Fuente: Segunda Línea. Revista digital mensual editada por el Instituto Pastoral de la Adolescencia - Año 4 - Nº 24 - Marzo 2013.

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