Ha muerto, un poco, la palabra. Salud a un maestro que se destacó en muchos géneros, pero sobre todo en la crónica periodística.
Desde sus primeros pasos en El Heraldo y El Universal, hasta su consolidación en El Espectador sus relatos derrochan estilo y economía de recursos.
Su primer crónica se titula "El relato de un náufrago" y desde ese momento comenzó a recorrer un camino de reconocimiento y trascendencia que, a manera de agradecimiento, lo llevaría a fundar en 1994 la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario