28/9/08

CLASE SIETE: LA TEORÍA CRÍTICA O ESCUELA DE FRANKFURT

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Foto: Rainer Ganahl (Frankfurt, año 2000)


Mientras en EE.UU. se desarrolla el funcionalismo y la sociología de la comunicación de masas, en Alemania, a partir de la década del 20, un grupo de intelectuales discute sobre los mismos temas. Esta escuela de pensamiento, conocida como Escuela de Frankfurt o Escuela de la Teoría Crítica reúne entre sus filas a:

· Walter Benjamin (1892-1940)
· Theodor W. Adorno (1903-1969)
· Max Horkheimer (1895-1973)
· Herbert Marcuse (1898-1979)

· Erich Fromm (1900-1980)
· Jurgen Habermas (1929-)


Sus primeros trabajos coinciden con el ascenso del nazismo en Alemania y del fascismo en Italia. La creciente importancia de los símbolos culturales y de los modernos medios y técnicas de comunicación constituyen una de las preocupaciones fundamentales de estos pensadores e influyen en sus actitudes y motivaciones intelectuales.


Fundada oficialmente el 23 de febrero de 1923 como el Instituto de Investigación Social (Instituto für Sozial Forschung), fue una institución cultural independiente aunque asociada a la Universidad de Frankfurt, cuyo objeto inmediato era, por un lado, reflexionar sobre el fenómeno del progreso humano en un momento en que la “ideología del progreso” decepcionaba a la intelectualidad europea sobre todo tras la crisis de valores en todos los ámbitos a raíz de la aplicación irracional de la ciencia y de la técnica en la 1ª Guerra Mundial dando como resultado 40 millones de muertos, y por otro lado, a que la sociedad industrial misma ha dado lugar a que el hombre se convierta en un ser oprimido y manipulado por los sistemas burocráticos.

En un clima de intolerancia creciente los integrantes de la esta escuela avanzan sobre el estudio de los autoritarismos, la racionalización y la tecnificación de las sociedades y la relación entre conocimiento científico y la crítica social. También abordan la situación del arte y la estética en la época de las tecnologías y los mass media.
El punto de partida de sus reflexiones es la desilusión respecto a la sociedad moderna y la esperanza que esta había depositado en la razón. Un dato objetivo que hace de soporte a esta desilusión es la imposibilidad de la razón de cumplir con los postulados de la revolución francesa (1789): implantar “libertad, igualdad y fraternidad” entre todos los hombres.


Influencias Teóricas



La Escuela de Frankfurt asume los postulados de Karl Marx (1818-1883), pero relativizando su impronta economicista. Plantean, por ejemplo, que los fenómenos culturales son tan decisivos como los económicos en la reproducción de las desigualdades sociales y las forma contemporáneas de alienación[1] y sometimiento. Apelan al psicoanálisis freudiano para el explicar el modo en que se interiorizan estos mecanismos en cada sujeto y sostienen que el auge del cine y la radio son mecanismos ideológicos primordiales para mantener la dominación social y la explotación en la fábrica.

Reproducimos a continuación una cita de Milcíades Peña, uno de los investigadores marxistas más lucidos de nuestro país, respecto a la interpretación del concepto alineación:

“(…) la alienación se revela también en que el individuo de la sociedad capitalista carece de una personalidad integrada: su personalidad es más bien una serie de máscaras. El individuo es una persona cuando trata en su trabajo a sus superiores, y otra cuando trata a los que están debajo de él; es una persona cuando está en la peluquería y otra cuando está en una reunión social; el individuo es un amante padre de familia de la noche a la mañana y un perfecto burgués de 8 de la mañana a 8 de la noche. Es decir, toda la serie de contradicciones y aberraciones que tan profundamente describía Charles Chaplin en la película “Monsieur Verdoux” donde un honorable señor amante padre de familia se mantenía explotando y asesinando mujeres”. [2]

Mencionar que la Escuela de Frankfurt tiene influencias marxista si no manejamos, aunque superficialmente, algunos conceptos fundamentales de esta teoría no tiene mucho sentido. El desarrollo de las ideas filosóficas hasta el siglo XIX se puede clasificar en idealistas y materialistas. El idealismo parte de suponer la existencia de fuerzas sobrenaturales y divinas, mientras que el materialismo considera que no hay nada fuera de los fenómenos físicos. Los idealistas explican todo mediante la religión y los materialistas lo hacen a través de la ciencia.

A partir de posicionarse en el materialismo, Marx produce un abundante material teórico, del cual mencionaremos como relevante para la Escuela de Frankfurt los relacionados con:
· el materialismo histórico: que elabora una historia del hombre a partir de ver como se distribuyen los bienes materiales en cada estadio histórico e intenta demostrar que la historia la hace el hombre, no es el destino ni la denominada “mano de dios”.
· la doctrina económica: donde se desarrollan los conceptos de relaciones de producción, modos y medios de producción, estructura económica (estructura material y superestructura), fetichismo, alienación, plusvalía, etc.


A continuación realizaremos una breve definición de algunos de estos conceptos:

· Infraestructura o base económica: es el modo de producción, o sea las fuerzas y relaciones de producción, que sirve de base a todo el sistema social.
· Superestructura: conjunto de instituciones e ideas que dan forma al Estado, las instituciones políticas, las ideas filosóficas y religiosas, los valores sociales, los vínculos familiares, etc. Una vez modificada la infraestructura la superestructura también debe modificarse rápidamente.
· Condiciones de la vida material de la sociedad: la producción material es la fuerza fundamental que determina el progreso de una sociedad y la posibilidad de pasar de un sistema social a otro, sus condiciones están dadas por la situación geográfica y sus recursos naturales, la densidad de población y por el modo de producción por el cual genera los bienes materiales para su supervivencia.
· Estado: figura jurídica que se materializa en una institución mediante la cual la clase económicamente dominante defiende el orden económico vigente y reprime la resistencia de las otras clases. Lenin (1870-1924) lo definirá como “un aparato destinado a mantener el dominio de una clase sobre otra”.
· Estructura económica: organización de la sociedad en diferentes clases y relaciones de producción que corresponden a un nivel específico, determinado por el desarrollo de las fuerzas materiales de producción.
· Fuerzas productivas: son los instrumentos con los que se producen los bienes materiales (herramientas, máquinas y materias primas) y las personas que los usan a partir de su capacitación laboral y su experiencia.
· Medios de producción: son uno de los elementos de las fuerzas productivas (las maquinarias) que son utilizadas por el hombre para actuar sobre la naturaleza y poder transformarla en bienes materiales. Marx afirma que las distintas etapas o épocas económicas se diferencian entre si no tanto por lo que producen sino por la manera (modo de producción) en que lo hacen, es decir por la forma que adopta el trabajo humano. Los medios de producción son útiles para medir la fuerza de trabajo y las relaciones mediante las cuales tiene lugar el mismo.
· Relaciones de producción: son las que se establecen entre los que participan en el proceso de producción de bienes materiales. Las personas pueden producir bienes tanto en forma individual como en forma conjunta, asociándose y practicando acciones conjuntas. A lo largo de la historia encontramos los siguientes tipos de relaciones de producción:
1. El estado comunal primitivo, donde la propiedad de los medios de producción y de los productos producidos era comunitaria. Cuando se produce el pasaje de las herramientas de piedra a las de metal, las tribus comienzan a explotar la agricultura y el comercio, comenzando de esta manera la acumulación de mercancías. Aquí se originan la propiedad privada, el monopolio de la riqueza acumulada por una parte minoritaria de la sociedad y de las clases sociales (propietarios y esclavos).
2. La segunda etapa se caracteriza por el trabajo esclavo, donde el trabajo libre da paso al esclavismo, la tierra es parcelada y entregada a siervos que la trabajan y por la que tienen que realizar un pago en especies.
3. A la esclavitud le continúa la sociedad feudal.
4. Cuando aparece la clase burguesa o precapitalista una clase capitalista minoritaria se apropia de los medios de producción y explota a la clase asalariada.
5. El socialismo vuelve a instaurar la propiedad común de los medios de producción, devuelve los productos a los productores y elimina la explotación de la clase dominante.
· Religión: mezcla de ritos de culto y creencias mágicas que subordinan la vida humana a un orden superior divino. Aparece en la historia como un mecanismo de opresión de la clase dominante. Para el marxismo la religión explota la ignorancia y la credulidad del hombre.
· Teología: conjunto de divagaciones con pretensión de ciencia que intenta fundamentar la religión en base a algunas argumentaciones filosóficas.
· Socialismo: Doctrina filosófica, política y económica que canaliza la lucha por la distribución de la riqueza mediante la anulación de la propiedad privada y de la clase social que gobierna mediante la explotación de los trabajadores. Para lograr la distribución de la riqueza es necesario que la propiedad de los medios de producción sea social.
· Plusvalía: para elaborar un producto confluyen una serie de factores. El capitalista (el dueño de los medios de producción) aporta el dinero, el obrero su trabajo (traducido en tiempo) pero la ganancia que genera la comercialización del producto solo fluye en un sentido: los bolsillos del capitalista. La diferencia entre la suma de los costes de producción (materias primas, energía, mano de obra) y el valor final del producto es la plusvalía. La fuerza de trabajo se comercializa en el mercado como una mercancía más, pero tiene la característica de ser una fuente de valor capaz de generar una ganancia (producto excedente), la plusvalía.

A partir de estas definiciones podemos afirmar que el modo de producción dominante en una sociedad es el que determina su modo de comunicación (práctica que esta en la superestructura), por lo cual para el estudio de los contenidos y las formas de la comunicación masiva es indispensable analizar el modo de producción y los modos de reproducción que caracterizan a la sociedad que se estudia. A esta tarea se encomienda la teoría crítica.
En las sociedades capitalistas de la primera mitad del siglo XX, que son las analizadas por esta corriente, la característica fundacional, que será la movilizadora de los distintos estudios y teorías, será la contradicción inmanente del sistema: contradicción entre el capital y el trabajo, entre el carácter social de la producción y la forma privada de la apropiación de los beneficios económicos, en síntesis, contradicción entre la burguesía y la clase trabajadora.
Uno de los principales aportes que realiza la crítica marxista es el de ver a las noticias como mercancías dentro de la lógica del sistema capitalista: son producidas como tales y vendidas en un mercado donde la competencia es otro factor importante a tener en cuenta.
La publicidad será otro tópico importante, ya que los medios no solo se transforman en la plataforma de exposición por excelencia del capital industrial y comercial, sino que la dependencia económica que se establece a partir de este hecho redunda en un condicionante del contenido editorial.
Es a partir de esto que se menciona que para los mass media solo sean interesantes las informaciones que puedan ser un fondo adecuado para los anuncios comerciales. Por un lado noticias agradables, que nunca pongan en discusión los pilares del sistema, y por el otro, el contenido sensacionalista que traslada los dramas particulares a la dimensión pública, desconociendo los hechos que realmente reclaman la participación de la sociedad, es decir los hechos de la política que determinan la organización actual y el futuro de una sociedad.
La manipulación de las conciencias[3] realizada por los mass media será un fenómeno en el que encontramos varios factores concurrentes, que no se da exclusivamente por las técnicas con las que se elaboran los mensajes masivos: influyen las condiciones concretas de existencia de las masas, su situación de clase y la disposición que tengan hacia los productos mediáticos.
Es en la conjunción de los contenidos del sistema educativo, el fetichismo de las mercancías y el trabajo alienado donde se predispone a gran parte de la población a ser víctima de la manipulación[4].
La posibilidad que tienen los receptores de participar en diarios, revistas, la radio y la televisión son mínimas, por no decir nulas. Lo que se conoce como libertad de expresión se entiende, en el marco de las sociedades capitalistas, en la posibilidad de elegir entre las opciones que ofrecen dos o tres productores de información, en una clara situación oligopólica.
En este contexto, cuando las masas populares, sus organizaciones o referentes, aparecen en los mass media son presentados como perturbadores del sistema. Sus acciones son narradas siempre desde una óptica negativa. El ejemplo más claro de este tono peyorativo es el de los trabajadores: nunca serán representados como creadores de valores positivos para la sociedad, sino como creadores de conflicto. En este mismo sentido, en las revistas femeninas, los relatos de ficción de la televisión y los informativos en general, solo por mencionar algunos ejemplos, el mundo del trabajo es negado, acallado, no existe. Es una manera de decir que lo que no existe, en esta visión rosa de la vida, es el conflicto.


Referencias:
[1] Alineación significa tomar lo que alguien posee, quitarle lo que le pertenece. Marx estudia el proceso por el cual el trabajador pierde una parte de sí durante el proceso de producción (trabajo alienado), pero la alienación también se da en el nivel de la subjetividad: cuando alguien pierde la conciencia, deja de pensar por sus propios medios y adopta ideas o pensamientos contrarios a sus propios intereses.
“La alienación del trabajador se expresa así: cuanto más produce, menos puede consumir; cuanto más valor crea, menos valor tiene… El trabajo genera cosas fabulosas para los ricos, pero miseria para los pobres. Las máquina reemplazan al trabajo y los empleos disminuyen, al par que otros trabajadores se vuelven máquinas”. Manuscritos económicos- filosóficos de 1844. Marx, Karl. Editorial Colihue. Bs. As. 2004.[2] Introducción al pensamiento de Marx. Peña, Milcíades. Ediciones El Cielo Por Asalto. Bs. As. 2000.[3] En el prefacio de su obra Crítica de la economía política Marx dirá respecto a la autonomía de las conciencias: “El modo de producción de la vida material determina el proceso de vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que determina la conciencia de los hombres”. Citado en Cuestiones fundamentales de la filosofía. Stephan Körner. Editorial Ariel Barcelona. 1984..[4] Sobre la definición de manipulación encontramos dos acepciones. En términos generales se aplica a la acción de forzar o modificar ideas, interpretaciones o conductas mediante una influencia sistemática basada en una situación de poder asimétrica.
En lo particular se puede aplicar a la intervención que se realiza sobre un discurso: “Etimológicamente el término manipulación viene a significar una conciente intervención técnica de un material dado. Si esta intervención es de una importancia social inmediata, la manipulación constituye un acto político. Este es el caso de la industria de la conciencia. Así pues, toda utilización de los medios presupone una manipulación. Los más elementales procesos de la manipulación, desde la elección del medio mismo, pasando por la grabación, el corte, la sincronización y la mezcla, hasta llegar a la distribución, no son más que intervenciones en el material existente. Por la tanto, el escribir, filmar o emitir sin manipulación no existe. En consecuencia, la cuestión no es si los medios son manipuladores o no, sino quien manipula los medios. De lo cual se deduce que un proyecto revolucionario no debe eliminar a todos los manipuladores, sino que, por el contrario, ha de lograr que cada uno sea un manipulador”. Elementos para una teoría de los medios de comunicación. Hans Magnus Enzensberger. Editorial Anagrama. Barcelona. 1971.

Recomendaciones:
· El post sobre "El manifiesto comunista" de K. MarxF. Engels (1º edición,1848).

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